Termina de comer su cena y está muy feliz, en ese lugar lo tratan muy bien. Se dispone a dormir cuando repentinamente se acercan dos tipos encapuchados, lo obligan a salir y lo dirigen a un lugar en el cual nunca antes había estado, abren las puertas y lo encierran.
"Estoy muy solo en este lugar, me da miedo la oscuridad. No entiendo ¿por qué termine aquí si no hice nada malo? Lo único que hacía era comer mucho y dormir (a ellos no le parecía incomodarle) y de pronto estoy aquí con mucho frío y solo, espero esto termine rápido, dormiré un poco quizá cuando despierte pueda salir. Ya salió el sol, lo puedo ver desde este pequeño orificio pero no logro distinguir a nadie cerca. Tengo mucha hambre y no hay nada que comer, tampoco puedo moverme pues este cuarto es muy pequeño para hacerlo y parece que no logran oír mis gritos, espero que no se olviden de mí, realmente no me gusta estar acá tan solo... No recuerdo cuantos días llevo acá, creo que tres y aún no me dejan comer ni tomar agua. Lo único que hago es dormir pues ya no me quedan fuerzas para seguir gritando. No logro descifrar el momento en el cual falle para merecer todo este castigo, quisiera remediarlo, prometo no comer tanto pero por favor ¡¡Libérenme!!
La puerta se abre y el sol me da en los ojos, esto me deja cegado por un momento y estoy sin fuerzas para moverme, entran dos personas y me empujan para que salga del lugar, con la poca fuerza que me queda los sigo. Uno de ellos dice que es mi día de suerte y estoy muy feliz pues comeré después de tantos días. Llego hasta otro cuarto y veo un poco de comida y agua, la devoro sin pensar, luego de eso me acuesto y quedo profundamente dormido. Me despierto por un golpe en el lomo, veo mis patas amarradas a un mástil y no puedo defenderme. Grito de dolor pero nada logra inmutar a mis agresores, logro ver el látigo en el aire y al segundo como me quema la piel. Mi lomo es desgarrado y no tengo fuerzas para defenderme. La sangre recorre mi piel y me arde cada vez más, ruego que se detengan y en ese mismo instante otra persona me tapa el hocico para que nadie me logre oír. Me cortan las patas con navajas muy afiladas para que no se noten las heridas y me golpean los genitales con un mazo de acero. ESTOY SIENDO TORTURADO, SOY INOCENTE, NO LE CAUSE DAÑO A NADIE ¿QUE ESTOY PAGANDO?
Siento como duele, me cortan y lo siguen haciendo, no se dan cuenta que también tengo sentimientos. En un momento todos los flagelos cesan y cuando parece que todo terminó me clavan dos lanzas que atraviesan mi lomo maltrecho. Por mis ojos caen lágrimas, no pueden hacerme todo esto.
Uno de mis agresores dice que se acabó, que me dejaran "tranquilo". Me llevan a otro lugar extraño y me dejan tirado. Estoy sangrando mucho pero quiero vivir, soy más fuerte que todo esto. Nadie decidirá cuando moriré solo el destino, TENGO QUE VIVIR. Estoy exhausto así que dormiré un poco.
Me despiertan unos ruidos y salgo del lugar. Veo una gran puerta roja y dentro escucho muchos gritos, es como si se celebrara una gran fiesta.. Se abre la puerta y me obligan a salir, llego a salir con mucho miedo pues no sé lo que me esperará y veo a un hombre con una especie de manta entre las manos. Estoy en un coliseo y veo mucha gente sentada admirándome, no entiendo que hacen acá. Veo que el hombre frente a mi mueve la manta, tengo sed de venganza por todo lo que me hicieron y arremeto contra él con la poca fuerza que me queda, él logra esquivarme muy fácilmente y escucho como la gente grita "ole", me doy vuelta y lo busco con la mirada, voy hacia él de nuevo pero logra esquivarme al mismo instante en el cual la gente vuelve a decir lo mismo. Pasan diez minutos de este estúpido juego y no logro tocarlo, quizás si no hubiera sido masacrado tan salvajemente todo esto sería diferente. Estoy cansado pero quiero seguir luchando, esta vez tiene dos cosas raras en las manos, no le tomo importancia y corro hacia él, estoy muy cerca y sé que esta vez lo golpearé, justo cuando voy a golpearlo se mueve rápidamente hacia la derecha y siento un dolor punzante que recorre mi lomo, maltrecho y con mucho dolor volteo lentamente y logro distinguir una sonrisa sarcástica y malévola en él, también noto que no tiene esa cosa rara en la mano, ahora entiendo que son estacas y que me las clavará. No quiero ir hacia el pero me instinto animal puede más y arremeto otra vez con menos fuerza y clava su segunda estaca en mí, el dolor me petrifica y no logro moverme, miro a todos lados y veo como las personas ríen y aplauden, les encanta la carnicería. Me rehúso a seguir, lucho contra mi instinto para no moverme cada vez que el mueve su manta provocándome, no me moveré, me rindo esto termino para mí... La gente empieza a silbar en protesta, ellos vinieron a ver una matanza y no se irán hasta verla, veo a mi asesino molesto y estira la mano, un hombre se acerca y le entrega una espada larga. Se que esto acabo para mí y me siento tranquilo, ya no seguiré soportando dolor. Mi asesino se mueve amenazante y yo corro hacia él, mis lágrimas caen cada vez más rápido y nublan mi vista, cierro los ojos fuertemente al estar a unos metros de él, siento como la espada atraviesa mi lomo, perfora mis pulmones y el hígado más no el corazón. Empiezo a vomitar sangre y se me es muy difícil respirar, agonizando busco con la mirada la gran puerta roja que me trajo hasta acá, voy caminando hacia ella mientras mancho con sangre toda la arena, ya no soporto tanto dolor, quiero acabar con este martirio, quiero morir sin que nadie me vea. Doy unos pasos más y siento que me clavan por la nuca una daga más. Caigo rendido a la lona desangrándome, desgarrado y muy adolorido, la gente grita de euforia mientras mis lágrimas caen... Mi asesino me ve a los ojos y me enseña otro puñal, quiero gritarle que lo haga ya, MATAME!! y creo que logra entenderme al ver mis ojos que reflejan tanto dolor. Clava su puñal intentado darle a mi médula espinal pero falla pues no es fácil atinarle así que remueve su puñal entre mis músculos y nervios.
Estoy paralizado y veo manchas a mi alrededor, siento como me arrastran unos metros mientras mi sangre decora la arena. Siento como me cortan las orejas y el rabo, la gente aplaude eufóricamente. Mientras yo mutilado, con la boca entreabierta la lengua afuera y llorando logro pestañear por última vez"
Una matanza no es una tradición, ni arte ni cultura detengamos esta barbarie de una maldita vez. ¿Cuánta sangre inocente más tendrá que correr para que se den cuenta que esto es un crimen?
"No a las corridas de toro, por un mundo antitaurino"