jueves, 17 de septiembre de 2009

Adios!

El señor es mi pastor, nada me falta
en verdes praderas me hace recostar
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.

Me guía por el sendero justo
Por el honor de su nombre
Aunque camine por cañuelas oscuras
Nada temeré, porque Tú vas conmigo

Tu vara y tu cayado es su sangre
Preparas ante mí una de mesa,
Enfrente de mis enemigos
Me unges mi cabeza con perfume. Y mi copa rebosara

Tu bondad y tu misericordia me acompañan en
Todos los días de mi vida
Y habitaré en la casa del señor
por años, y años.

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